
Los museos y centros culturales de Buenos Aires nos invitan no sólo a disfrutar de la belleza del arte o conocer la historia de quienes influyeron al mundo de hoy, sino también a recorrer los lugares de la ciudad que no solemos frecuentar y romper con la rutina en la que puede transformarse el fin de semana.
Para empezar, una visita obligada es el MALBA. Las exposiciones que organiza este museo destacan tanto por las obras exhibidas como por el diseño de cada sala y el recorrido que proponen. Además, su colección permanente cuenta con obras de Frida Kahlo, Berni, Pettoruti, Xul Solar, y Diego Rivera, entre otros. En la tienda, además de adquirir los catálogos de las exhibiciones y souvenirs, podremos encontrar libros, accesorios, posters y objetos de diseño latinoamericano.
En planta baja se encuentra la cafetería Ninina, una buena opción para disfrutar de una merienda o brunch luego de nuestra visita. Ofrece café de especialidad y una amplia variedad de opciones dulces y saladas que van desde croissants, panqueques americanos y cookies hasta hamburguesas, ensaladas y platos calientes, de alta calidad y que se distinguen por sus ingredientes naturales.
Alejándonos de la modernidad del MALBA, visitar el Museo Nacional de Arte Decorativo es una experiencia única. Ubicado en el Palacio Errázuriz Alvear, diseñado en 1911 y refaccionado como casa-museo, posee una amplia colección de pinturas, esculturas, tapices, armas, cerámicas y mobiliario de los siglos XVI al XX. Vale la pena conocerlo y recorrer su jardín de estilo francés que evoca el palacio de Versalles; o sus increíbles salones e imaginar los conciertos y bailes que se llevaban a cabo, rodeados de lujo y confort.
Como si no alcanzara con la colección permanente y la arquitectura que hace al MNAD tan especial, se llevan a cabo continuas exhibiciones temporales de arte contemporáneo, en las que las creaciones del presente dialogan con las del pasado. Para coronar esta experiencia podemos sentarnos en alguna de las mesitas al aire libre que ofrece Croque Madame Café en la explanada del museo, disfrutando de su pastelería o platos salados y tragos.
Por último, Fundación Proa es una excelente excusa para pasar por La Boca y ponernos en contacto con una parte de Buenos Aires que es parada obligada para turistas de todas partes del mundo. Este centro de arte contemporáneo se ubica en una casona italiana reciclada de finales del silgo XIX. Sus fachadas transparentes hacen que el PROA esté en contacto permanente con el barrio. Desde su cafetería se accede a un paisaje inédito de la ciudad, característico por sus antiguos muelles. La librería y shop del PROA cuenta con amplios títulos y todo tipo de libros y fanzines, y una interesante selección de objetos de diseño y decoración.
Al salir de PROA es imposible no tentarse con pasear por Caminito y disfrutar de los típicos shows de tango, restaurants especializados en carnes y artistas callejeros típicos de la zona.
¿Listos para empezar la semana inspirados?